Siguiendo con la primera parte del artículo, es aquí donde podemos empezar a diferenciar las dos grandes corrientes en el adiestramiento canino.

Adiestramieto canino en positivo

Los profesionales que se decantan por emplear el adiestramiento en positivo, son más propensos a utilizar el refuerzo positivo, refuerzo negativo y castigo negativo. De este modo vemos que llamar adiestramiento “en positivo” induce al error de pensar que todo es agradable para el perro, sólo por el uso del término ‘positivo’, aunque muchos se esfuercen en vender que no es así. De este modo encontramos a personas que quieren ser profesionales adiestrando perros “en positivo” en la ignorante creencia que esto significa no provocar nada desagradable en el perro, con lo cual intentan solucionar muchos problemas sin entender que están enseñando al perro a vivir sin normas ni límites, lo que puede provocar comportamientos indeseados.

Adiestramiento tradicional

Por otro lado, los profesionales que se decantan por el adiestramiento “tradicional”, además de utilizar el refuerzo positivo, refuerzo negativo y castigo negativo, también emplean el castigo positivo. El adiestramiento “tradicional” se inició en la primera guerra mundial, cuando aún no se sabía nada de condicionamientos ni asociaciones, y se empleó muchas veces la fuerza bruta para dominar y someter a los perros, de ahí a que tenga tan mala fama y muchos se aprovechen de esto para descalificar a muchos profesionales honrados. No obstante, acorde con los tiempos que corren, aún aplicando el castigo positivo, hay una relación respetuosa y amable con el perro, ya que el castigo positivo se aplica de manera coherente, sin pretender humillar al animal. No hay que olvidar la carga instintiva grabada a fuego en su código genético, el mismo instinto que emplean para sobrevivir y el mismo que les ayuda a relacionarse y adaptarse de forma innata. Por ello, es lógico relacionarnos con ellos de una forma más cercana a como lo harían entre ellos, teniendo en cuenta las pautas de comportamiento naturales que emplean para comunicarse, y una de ellas es el castigo positivo. Otra cosa muy diferente es que haya gente que, en su ignorancia, no sepa emplear correctamente el castigo positivo. Evidentemente no es lo mismo fallar en entregar un premio que fallar a la hora de dar una corrección, resulta más grave y desagradable el segundo caso.

¿Adiestramiento positivo o tradicional?

Hay una gran cantidad de artículos de unos y otros que no hacen otra cosa que tirarse piedras y autodestruirse en su demagogia barata. Ambas vertientes son respetables, siempre que prevalezcan la humildad y la honradez, la amabilidad y el respeto. ¿Qué más da cómo lo hace uno u otro, si ambos consiguen ayudar a perro y dueño a conseguir los objetivos de forma respetuosa? Ambos deben enseñar al dueño a comprender al animal, deben explicarle las causas y todas las posibles soluciones y, lo más importante, deben asegurarse de que esta persona sabrá mantener y aplicar lo aprendido a lo largo del tiempo.

Hay que ser realistas, en ambos casos, tanto en el sector de adiestradores “positivistas”, como en los adiestradores “tradicionales” hay quienes no emplean bien las herramientas y las técnicas ni entienden lo que están haciendo. Y es esto, y no trabajar de forma diferente, lo que hace que todos perdamos credibilidad. Es culpa de los que se hacen llamar adiestradores y son unos farsantes que sólo piensan en dinero y de estos hay en ambos ‘bandos’. En el caso de los “positivistas”, los que se llenan la boca diciendo que para nada provocan nada desagradable en el perro, diciendo lo que la gente quiere oír para hacer mal marketing de su negocio, son los que al final les complican las cosas a los que verdaderamente saben lo que dicen y hacen y aplican todo como debe aplicarse.

Por el contrario, en el caso de los “tradicionales”, son los que hacen bestialidades y confunden emplear el castigo positivo de forma justa con humillar al perro y agredirlo hasta que se somete. Los enemigos no somos ni unos ni otros y por tanto no hay que caer tan bajo como para criticarse sin consideración ni respeto; los enemigos son los que nos dan un mal nombre con su pésimo trabajo a los adiestradores caninos profesionales que trabajamos con honradez, y es hacia ellos contra los que debemos enfocar nuestra crítica.

Artículo escrito por nuestra alumna, Gloria Valera